viernes, 19 de junio de 2009

FILOSOFÍA DEL TIEMPO


Estoy a punto de iniciar una arriesgada aventura.
Es decir,tengo por delante toda la vida
y me pregunto qué voy a hacer con ella.
Es completamente estúpido que pensemos tanto
en qué vamos a invertir nuestro dinero
y tan poco en qué vamos a invertir nuestro tiempo,
que es el único y verdadero capital.
Espero seguir trabajando a pesar de los pesares,
me parece una actividad alegre y estimulante,
una esgrima que mantiene en forma los reflejos.
Ver crecer es una experiencia conmovedora.
Recuerdo un antiguo poema de un anciano japonés:
"Me preguntas qué es la felicidad.
Una niña me ha preguntado el camino,
se lo he indicado, y antes de desaparecer
en el recodo del camino, se ha vuelto y,
sonriendo, me ha dicho adiós con la mano.
Eso es la felicidad".

CADA UNO UN MUNDO
Me parece también que vivo un buen momento
para contar con un cierto orden cómo veo la realidad.
Las cosas que yo sé no las va a saber otra persona.
Sabrá más, o mejor,o de manera más profunda,
pero mi memoria es una mezcla de filosofía,
neurología, lingüística, politica, teología, educación, horticultura´
experiencias vitales, miedos, rebeldías, y
esa memoria descubre un mundo,
una visión de la realidad singular.
No es engreimiento, porque me estoy refiriendo
a una constante en la vida de todos lo seres humanos,
Para decirlo con un cierto engolamiento filosófico,
cada uno es una "experiencia metafísica",
y tiene que resolver a su manera un problema trascendental:

cómo vivir.

hemos de escribir nuestra autobiografía, y conviene
que lo hagamos con el mayor talento posible.
Ortega,que era muy inteligente, escribió:
"Cada hombre tiene una misión de verdad.
Donde está mi pupila no está otra:
lo que de la realidad ve mi pupila no lo ve otra.
Somos insustituibles, somos necesarios.
La realidad, pues, se ofrece en perspectivas individuales.
Lo que para uno está en último plano,
se halla para otro en primer término.
En vez de disputar, integremos nuestras visiones
en una gigantesca colaboración espiritual y,
como las riberas independientes se aunan
en la gran vena del río, compongamos el torrente de lo real".
Me parece estimulante esa idea de que
cada uno de nosotros tiene por misión
descubrir un aspecto de la realidad que otro no puede ver.
Y me parece que la mejor ofrenda que podemos hacer a los demás
es intentar que nuestra visión sea lo más verdadera,
hermosa y buena posible.
Siempre me ha admirado el talento y la brillantez
con que personas aparentemente vulgares
han resuelto los complejísimos problemas del vivir.
Suelo pedir a menudo a las personas que me cuenten
su actitud ante un asunto concreto, porque
de esa creatividad humilde puedo aprender más
que leyendo mamotretos filosóficos.
La ciencia se mueve entre conceptos abstractos.
Por eso a los científicos les conviene bajar
a la variedad inagotable de lo real,
valorar lo imprevisible y sorprendente de la individualidad.
Descender de las matemáticas a la poesía.

ACLARAR Y TEJER

Todos tenemos un doble deber: aclarar y tejer.
Hemos de iluminar nuestra realidad interior
y la realidad que nos rodea.
Las tinieblas nunca son buenas.
Neruda, en un bellísimo poema dedicado a la claridad:
escribe"Debo/cumplir mi obligación/de luz: ir y venir por la calles,/
las cosas y lo hombres/destruyendo/ la oscuridad.
Hasta que todo sea de día,/ hasta que todo sea claridad/
y alegría en la tierra".
El segundo deber deriva de nuestra profesión de tejedores.
El mundo surge de nuestras relaciones.
Es un gigantesco tapiz, en el que participamos todos,
para completar un bello dibujo, o para emborronarlo.
Los seres humanos valemos lo que valen los lazos que anudamos,
los intercambios que somos capaces de establecer.
No somos islas ni bolas de billar ni barcos que se cruzan
en la niebla y hacen sonar sus sirenas.
Estamos comprometidos en una gigantesca conversación y,
como digo a menudo, las conversaciones producen
efectos emergentes o degradantes.
Nos elevan o nos hunden.
A todos nos interesa participar en una brillante conversación
que nos ayude a desplegar nuestros mejores talentos
y nos procure ánimos y alegría, y debemos empeñarnos en lograrla.

8 comentarios:

Estela dijo...

estoy totalmente de acuerdo contigo la vida es una aventura y nos tenemos que empeñar en ser felices y otra cosa que tambien estoy de acuerdo es que de personas muy humildes se aprende muchisimo, a mi me encanta escuchar a los abuelicos siempre aprendo algo porque evidentemente ellos llevan mas años en esta escuela que se llama vida..

Un saludo amigo!!

Le Fay ʚïɞ dijo...

Me gusta invertir mi tiempo en querer aventurarme a la vida... tu post es por demás de lo mejor q he leído últimamente...
un beso

Paco Alonso dijo...

QUERDA ESTELA:
Los ojos son lo que más me gusta de mí, no por lo que parecen, sino
por lo que me permiten ver.
Gracias por tu comentario.
Un beso.

Paco Alonso dijo...

No dejes nunca de aventurarte a la vida mi PrincesaAzul.
Gracias por tu generoso reconocimiento.
Mil besos.

una más... dijo...

Bueno.. he llegado aquí gracias a un comentario en mi blog, por eso te agradezco que me así me dejaras descubrir tu morada..me gustaría decirte también que esto que has escrito me parece una reflexión muy personal, un gran pedazo de ti y tus convicciones va en ella.. por lo tanto, gracias de nuevo por dejarme " conocer " un poco de lo mucho, que seguro guardas..
Yo también te sigo.. después de esto, es lo más grato que se me ocurre hacer..
Gracias por tu visita también, por tus bonitas palabras..
Buen fin de semana.. :)
Abrazo.

Paco Alonso dijo...

Una más...gracias por tus palabras y visita,yo lo haré siempre que pueda.
Un abrazo

una más... dijo...

de nada :) cuando gustes..

Ana Muela Sopeña dijo...

Tu poema es muy sabio, Paco. Debemos vivir como si fuera el último día de nuestra vida y sentir que todo lo que tenemos es un regalo. Desterrar los apegos.

Es muy bello tu blog. Sobre todo escribes transmitiendo un mensaje de esperanza en tiempos de crisis.

Te dejo mi felicitación
y una rosa blanca
Ana